29.4.07

Un filón para los dentistas del mundo entero

SATAN'S BLACK WEDDING

Nick Millard, 1975

Las circunstancias que rodean al sucidio de la hermana de Mark, un joven actor de Hollywood, no están claras en absoluto. ¿Por qué no ha quedado ni una gota de sangre en el cuerpo de Nina? ¿Y por qué le falta un dedo en una mano?
Ante la evidente ineptitud de la policía, que ni siquiera inspecciona con un mínimo de rigor la escena del suceso, Mark decide iniciar sus propias investigaciones que le llevarán a realizar una serie de macabros descubrimientos. Por lo visto, su hermana y una amiga llamada Jean estaban co-escribiendo un libro que exploraba las leyendas entorno a una iglesia a la cual ambos hermanos acudían a jugar de niños. No sospechaban que siglos atrás había sido lugar de ritos indescriptibles en honor a Satán. Una pleitesía que parece revivir en la actualidad proyectando una sombra de amenaza sobre toda la familia de Mark así como de cualquier persona sobre la que éste deposite su afecto. Detrás de estas ominosas maquinaciones se encuentra un sacerdote de gran mostacho y mirada estrábica.
El horror, el horror.

Si lo más destacable, y casi lo único, de un título como Asylum of Satan (Willian Girdler, 1975) era el muestrario de peinados en danza, en este caso la atención se centra un poco más abajo, concretamente en las protuberantes dentaduras. Uno de los enigmas inherentes a toda película de vampiros que se precie es explicar cómo se desenvuelven los chupasangres en su vida cotidiana con unos caninos tan afilados. Porque la dicción ha de verse obligatoriamente afectada, y no hablemos de lo dañino que puede resultar en tales condiciones un mordisco a destiempo. Bajo este punto de vista, los vampiros de Satan's Black Wedding han de pasarlo francamente mal. Su babeante boca es un amasijo de dientes que anhelan la libertad y exhiben su orgullosa supericie sin un atisbo de timidez. Una auténtica monstruosidad que aleja a estos seres sobrenaturales de la aureola de sensualidad con la que a menudo se les asocia, aproximándolos a versiones más crudas del mito como la plasmada por Murnau en Noferatu (1922).
No es el único elemento que nos obliga a retrotraernos en el tiempo, pues en el filme se recupera un aspecto del folclore vampírico del este de Europa que raramente suele reflejarse en filmes: el empeño de los no muertos por sesgar las vidas de sus familiares próximos hasta que no quede ni uno en pie. La extrema crueldad de esta práctica casa mal con el barniz de romanticismo que en la actualidad se suele aplicar (a veces embadurnando) sobre la figura de los vampiros. Estos seres no tienen conciencia y sólo les mueve la sed de sangre, saciándola de una violenta manera, reflejada en la cinta con colorido detalle, privada de erotismo.

Una vez más nos referimos a una película de notorio escaso presupuesto, y una vez más este hecho termina por jugar a favor de la atmósfera global en vez de menoscabar el producto. Dejando a un lado la ridícula apariencia de los colmillos postizos, similares a los que se pueden comprar en cualquier tienda de disfraces, las carencias en iluminación, el brusco montaje y el deficitario sonido del filme contribuyen a incrementar la incomodidad del visionado. Lo cierto es que los momentos realmente excitantes escasean dentro de un desarrollo de acontecimientos plomizo y moroso, pero cuando estos hacen acto de presencia su efecto resulta apropiadamente perturbador y opresivo. Por "excitante", entiéndase, no me refiero a la gratuita escena amorosa entre dos de los protagonistas (¡junto a una chimenea encendida, ni más ni menos!), que surge de la nada y se extiende sin alcanzar clímax alguno por la nadería infinita.
La sensación de coitus interruptus también afecta a la conclusión de la historia, apresurada y chapucera hasta decir basta. Y eso que se apunta un concepto, el cual no desvelaré al potencial espectador, que en su perversidad podría haber dado mucho juego. No es el caso, puesto que el metraje a rodar se terminaba con celeridad y antes de que se permita explorar con un poco de curiosidad el nuevo territorio revelado ya está el rótulo de The End obligando a claudicar la función.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ya te digo, dientes de frutos secos total,, xDDDDDDDDDD

6:36 p. m.  
Blogger Iveldie said...

Otra de esas pelis que tengo pendientes por ver de hace mucho tiempo, aunque leyendo tu comentario quizás no la vea nunca... de todas formas por las capturas parece por lo menos algo "bizarra"...

Saludos!

10:27 p. m.  
Blogger Disipated Kid said...

Joer, que dientes mas asquerosos y si encima la peli es una patata pos de esta voy a pasar.

Un saludete, Meka.

1:14 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Colgate, el mal aliento combate!!

12:39 a. m.  
Blogger Rey Nova said...

Buena informacion y buen alerta sobre esta pelicula, no todo lo antiguo merece revisarse, a veces lo olvido, gracias.

7:40 a. m.  

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