9.10.07

Más vampiros; es la guerra

RISE

Sebastián Gutiérrez, 2007

Sadie Blake es una periodista cuyas pesquisas le llevan a descubrir un culto mortal basado en la ingesta de sangre humana sumido en el más estricto de los secretos (excepto por las pistas que dejan convenientemente diseminadas por internet, claro está). Para cuando se quiere dar cuenta de lo peligroso de su proceder ya es demasiado tarde. Un par de vampiros llamados Eve y Bishop la secuestran para hacerle partícipe de sus perversas actividades convirtiéndola en el plato principal.
Tras violarla y drenarle la sangre, la dejan abandonada en la calle aparentemente muerta. Sin embargo, en la fría cámara de la morgue vuelve a la vida con una sed inhumana y un propósito inquebrantable de hacer pagar a esos demonios por haber profanado su cuerpo y alma. En su camino se cruzará Clyde Rawlins, un policía con graves problemas de carácter atormentado desde que su hija adolescente fue ultrajada de manera similar a Sadie. Juntos se divierten disparándose entre ellos, subiéndose la cremallera de los pantalones y cazando vampiros.
Ah, qué vida.

Rise ha sido vapuleada por la crítica e ignorada por el público, al menos el asiduo a las salas de proyección, en su inmensa mayoría. Cierto es que no puede hablarse de una injusticia atendiendo a términos exclusivamente artísticos, pero tampoco conviene olvidar un importante atenuante a la hora de emitir un veredicto: transparencia. A pesar de que ciertos implicados de renombre como Lucy Liu pudiesen inducir a pensar lo contrario, Rise se encuentra mucho más cerca, tanto en intenciones como en resultado, de cientos de productos de entretenimiento destinados a un reducido pero fiel público destinatario que a un blockbuster de Hollywood. Un concepto que tal vez Robert Rodríguez debió plantearse en mayor profundidad a la hora de abordar un proyecto como la reciente Planet Terror.
Sorprende por lo tanto su pase previo por la gran pantalla antes de recalar en medios de distribución más acordes con el espíritu de la cinta. Quizás el tirón de la mencionada Lucy Liu, cada vez más en entredicho a juzgar por las cifras de taquilla, haya llevado a adoptar una decisión que se antoja temeraria.

Pero, ¿qué nos ofrece el título? Para empezar un clásico patrón de exploitation vertiente "historia de venganza" diluido por un filtro comercial, en el que la presencia de los chupasangres juega un papel casi anecdótico. De hecho, estos se hallan bastante próximos al ser humano normal (ni siquiera hacen acto de presencia los típicos colmillos afilados) y aparte de la inmortalidad no se aprecian otros rasgos sobrenaturales. Por supuesto, aparecen diversas convenciones del subgénero como el sirviente pintoresco (en este caso oriental), la estética decadente (muy deudora de filmes como The Hunger) y un planteamiento liberal de la sexualidad.
Sin duda la mayor baza de la cinta son los protagonistas, Lucy Liu, Carla Gugino y Michael Chiklis, que desempeñan su labor sin grandes alardes pero también sin estridencias, sacando el escaso partido posible a un guión mediocre y lleno de lugares comunes acorde con los aspectos técnicos de la cinta; ni la dirección ni la fotografía (pese a contar con el reputado John Toll) sacan a pasear alabanzas ni reproches.

El cine de vampiros nos depara contadas sorpresas positivas y hay que conformarse de cuando en cuando con títulos simplemente visibles, por mucho que en el caso que nos ocupa traten de convenceros de lo contrario, como Rise. Si de paso se nos presenta la oportunidad de echar un breve vistazo a la anatomía de Liu, el gozo de su visionado, por mínimo que éste sea, no debería ser menospreciado.

4 Comments:

Blogger Pep said...

He de confesar que Lucy Liu es una de las mujeres que más me excita de largo, aunque fuese vestida de esquimal y con uan máscara de Espinete...

Así que con esta peli igual muero de un infarto.

6:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Primero, la pregunta de rigor: ¿qué se les ve a la Liu y a la Gugino?

Ignoro si se trata de una orden imperial de las productoras, pero coincidirás conmigo en que el vampiro, como tal, cada vez aparece más diluido en el cine. Se le priva de más y más rasgos característicos, y si se puede se evita hasta su nombre. Vacunas extrañas, ausencia de colmillos, poderes limitados... Una chufa, vaya. Crucemos los dedos para que 30 Días de Noche salve el año.

Ya que sacas el tema Grindhouse, ¿qué te pareció Death Proof?

8:38 p. m.  
Blogger Cecil B. Demente said...

Yo estoy en ascuas por saber que hacen en Soy leyenda, si aparecen los vampiros de toda la vida (ojalá) o se sacan nosequé de la manga.
Como odio al puto Will Smith y lo que le está haciendo últimamente a la literatura fantástica...

8:46 a. m.  
Blogger superdiscochino said...

Carla Gugino nada (ahí está Sin City entre otras por si acaso). Lucy Liu lo enseña prácticamente todo pero en pequeñas dosis.

Death Proof me gustó, pero aún no he terminado de hacer la digestión. ¿Quizás tras un segundo visionado?

Lo de Soy Leyenda apunta a "no se qué de la manga", me temo.

Saludos.

6:29 p. m.  

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