Love on the Beat
CUI HUA KUANG MO
Godfrey Ho, 1994
Godfrey Ho, 1994
Lo peor del fenómeno de propagación viral de vídeos a través de internet es tomar conocimiento del último grito tarde, una vez se ha extinguido el entusiasmo inicial y no existen víctimas potenciales a las cuales iluminar compartiendo el pequeño tesoro de placeres desconocidos. Así fue, lo confieso, como descubrí el clip de Undefeatable (título de la cinta para el mercado occidental) que está dando la vuelta a los monitores de medio mundo. Sin embargo, aquellos minutos de hombres musculosos con peinados imposibles, por hilarantes que sean por sí mismos, no son nada comparados con el festival de sensaciones contenidos en el metraje íntegro de la película. Y es que estamos hablando del tipo de cine que incita al debate, que pone a trabajar la mandíbula y ameniza el acto de socializar con los amigos alrededor de líquidos enturbiadores de la capacidad de raciocinio. Sí, Undefeatable encaja a la perfección con la Teoría Circular del Arte. Sus miserias son parte indisociable de su grandeza y los efectos terapéuticos que produce en las aflicciones del alma debería ser objeto de estudio por la comunidad científica. O por la comunidad gay, ya puestos.
El transfondo homosexual del filme queda patente en la escena en la que el malo de la función, Stingray, viola a su mujer Anna (tomándola por detrás; no es casualidad). Durante el acto, en vez de pensar en los turgentes pechos de la fémina o en su cuco vestido estampado con flores, rememora un combate en el cual defenestra a un magnífico ejemplar de macho fornido y sudoroso. El contacto físico heterosexual sólo es tolerable gracias a la evocación de un mucho más placentero encuentro entre cuerpos homólogos. Un espacio íntimo en el cual está permitido tocarse y recorrer los aceitosos centímetros de piel de la carne palpitante próxima.
No es de extrañar, pues, que cuando Anna abandona a Stingray la reacción de éste sea desatar una furia inconmensurable (¡y a cámara lenta!) sobre la cena que le había dejado preparada. Lógico. El hombre ha sido privado del vehículo a través del cual legitimizar sus auténticas pulsiones sexuales. Sólo resta dedicarse a secuestrar mujeres parecidas a su Anna para silenciarlas con carácter definitivo y arrancar esos ojos que han sido testigos de su reprimida identidad sexual.
Para poner frenos a esta locura se halla el héroe del drama, Nick DiMarco, un inspector de policía poseedor de otro cuerpo trabajado en el gimnasio y un peinado que hace preguntarse si algún animal subió a su cabeza y pereció allí, y Kristi, una luchadora callejera de buen corazón que recaudaba dinero para pagarle los estudios universitarios a su hermana... hasta que la pobre se cruzó en el camino de Stingray. Ambos forjarán una alianza asexuada que no despeja incógnitas, pero sí reparte galletas a diestro y siniestro con total impunidad.
Realmente no es preciso añadir nada más acerca de la cinta. Este espectáculo de mullets, aceite, música enervante, patadas, muecas incontrolables y miradas de "entendimiento" ha de disfrutarse sin mediciación de mayor explicación. No obstante, estaría bien que alguien expusiese cómo demonios se las apaña Stingray para trasladar sin sospecha alguna a las mujeres que secuestra desde espacios públicos al almacen que le sirve de base de operaciones, o el funcionamiento del sistema educativo estadounidense que permite que los personajes se apunten unos a otros a la universidad sin necesidad de otorgar su consentimiento ni de aportar ningún tipo de documentación.
Undefeatable en YouTube.
El transfondo homosexual del filme queda patente en la escena en la que el malo de la función, Stingray, viola a su mujer Anna (tomándola por detrás; no es casualidad). Durante el acto, en vez de pensar en los turgentes pechos de la fémina o en su cuco vestido estampado con flores, rememora un combate en el cual defenestra a un magnífico ejemplar de macho fornido y sudoroso. El contacto físico heterosexual sólo es tolerable gracias a la evocación de un mucho más placentero encuentro entre cuerpos homólogos. Un espacio íntimo en el cual está permitido tocarse y recorrer los aceitosos centímetros de piel de la carne palpitante próxima.
No es de extrañar, pues, que cuando Anna abandona a Stingray la reacción de éste sea desatar una furia inconmensurable (¡y a cámara lenta!) sobre la cena que le había dejado preparada. Lógico. El hombre ha sido privado del vehículo a través del cual legitimizar sus auténticas pulsiones sexuales. Sólo resta dedicarse a secuestrar mujeres parecidas a su Anna para silenciarlas con carácter definitivo y arrancar esos ojos que han sido testigos de su reprimida identidad sexual.
Para poner frenos a esta locura se halla el héroe del drama, Nick DiMarco, un inspector de policía poseedor de otro cuerpo trabajado en el gimnasio y un peinado que hace preguntarse si algún animal subió a su cabeza y pereció allí, y Kristi, una luchadora callejera de buen corazón que recaudaba dinero para pagarle los estudios universitarios a su hermana... hasta que la pobre se cruzó en el camino de Stingray. Ambos forjarán una alianza asexuada que no despeja incógnitas, pero sí reparte galletas a diestro y siniestro con total impunidad.
Realmente no es preciso añadir nada más acerca de la cinta. Este espectáculo de mullets, aceite, música enervante, patadas, muecas incontrolables y miradas de "entendimiento" ha de disfrutarse sin mediciación de mayor explicación. No obstante, estaría bien que alguien expusiese cómo demonios se las apaña Stingray para trasladar sin sospecha alguna a las mujeres que secuestra desde espacios públicos al almacen que le sirve de base de operaciones, o el funcionamiento del sistema educativo estadounidense que permite que los personajes se apunten unos a otros a la universidad sin necesidad de otorgar su consentimiento ni de aportar ningún tipo de documentación.
Undefeatable en YouTube.
1 Comments:
Jajajaja, cojonudo el videoclips, como todo el film sea por el estilo el deshueve esta garantizado, cuanta virilidad sudorosa !!
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