17.2.07

Marny, La Fea

SATANIK (1. LA LEGGE DEL MALE)

Guión: Max Bunker
Dibujos: Magnus

A principios de los años sesenta el fumetti destruía convenciones y apostaba decididamente por un tipo de personaje al que rara vez se le concede un papel protagónico. Los "héroes" de las historietas, con Diabolik y Kriminal a la cabeza, distaban mucho de los coloridos samaritanos que poblaban las paginas de los cómics norteamericanos y hacían gala de unos patrones de conducta regidos por una ética más que cuestionable. Estos supercriminales vivían en un lujoso mundo de sensualidad y crueldad sin frenos que seducía al lector apelando a sus bajos instintos. En 1964 llegaría el pináculo del género bajo silueta femenina y el sugerente nombre de Satanik.
Creada por Max Bunker, Satanik es el pseudónimo autoasumido por la científica Marny Bannister tras llevar a cabo un experimento que transformaría su rostro desfigurado en el de una mujer cuya arrebatadora belleza rivaliza con la maldad de su negro corazón. Debido a su pretérita fealdad, Marny no ha gozado de excesivos favores en la vida y ahora que sus encantos son irresistibles pretende abastecerse de todo aquello que le había sido negado... y más. Poco importa que ello signifique embarcarse en una carrera de asesinatos, robos y fraudes que pongan en jaque a las fuerzas del orden del país entero.

En la primera entrega del fumetti se sientan las bases de lo que será la serie durante la nada despreciable duración de 231 números: estereotipos que apelan a las peores actitudes del ser humano, mujeres sexys en situaciones de nudismo parcial, violencia nihilista y persecuciones sin fin. La audacia de lo narrado deja en paños menores a sus cohetaneos de Marvel y DC, e incluso tiene poco que envidiar a la mayoría de publicaciones para adultos actuales. Señalamos un par de ejemplos para ilustrarlo.
Una vez toma posesión de su nuevo y curvilíneo cuerpo, esta moderna criatura reminiscente de El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde decide engatusar al primer acaudalado que se cruza por su camino para prostituirse por una cantidad ingente de dinero. Más tarde, asegurados los derechos de posesión de la herencia del incauto, lo envenenará sin remordimiento alguno.
Pero la situación más pintoresca pertenece a la escena en la cual Marny se venga de su hermana, que acostumbraba a burlarse de su grotesco rostro. Durante un paseo por el parque la hermana de Marny se muestra reticente a ceder bajo las tentativas amatorias de su novio pues pretende llegar virgen al matrimonio. El enfado del joven es tal que cuando Satanik aparece semidesnuda y se ofrece a terminar el trabajo que su hermana no está dispuesta a rematar, ¡a la vista de todo el mundo!, apenas ofrece resistencia.

Son situaciones como las descritas y el encanto de sus personajes (en especial el de Satanik, bella, sí, pero también poseedora de unos duros rasgos a juego con su carácter) los que mantienen el valor de un fumetti que, por otra parte, se ha quedado muy anticuado en cuanto a técnica narrativa, limitándose a concatenar dos o tres viñetas por plancha en monótona sucesión. Tampoco es que Magnus sea especialmente habilidoso en el manejo del lápiz, ni le pone especial empeño a la creación de paisajes (la ausencia de fondos es notoria), mas predomina la funcionalidad y razonables cantidades de buen hacer.

La adaptación fílmica, una co-producción hispano-italiana dirigida en 1968 por Piero Vivarelli, a pesar de contar con momentos certeros, no le hace la justicia requerida al personaje y queda por debajo de los logros alcanzados por Mario Bava en la similar Diabolik (1968). No obstante, se agradecería una edición en DVD contando con las condiciones audiovisuales correctas para revalidar o no esta apreciación.

Todo sobre Satanik (en perfecto italiano) pinchando aquí.