30.7.06

Enanos radioactivos con retraso mental (de las profundidades)

SUPERMAN AND THE MOLE-MEN

Lee Sholem, 1951

En el recuento de filmes protagonizados por el cruzado de la “S” en el pecho, tan en boga hoy en día debido al estreno del discreto ejercicio de nostalgia llamado Superman Returns (Bryan Singer, 2006), se suele obviar la primera incursión cinematográfica del personaje, de la misma manera en que se acostumbra a eliminar a Batman (Leslie H. Martinson, 1966) del canon fílmico de la franquicia. Sin embargo, Superman and the Mole-Men no ha transcendido el estatus de curiosidad cinéfila mientras que el colorista filme protagonizado por Adam West es bien conocido por el público del mundo entero. Tan sólo una reciente edición en DVD como complemento a la serie televisiva Adventures of Superman (1952-1958) viene a paliar de alguna forma tamaña injusticia.

Un grupo de mineros lleva a cabo la excavación subterránea más profunda de la historia en un pequeño pueblo norteamericano (llegando hasta el mismo centro de la Tierra), con resultados no ya sorprendentes, sino fuera de toda previsión lógica. De las profundidades terráqueas no surge petróleo ni gases nocivos, pero sí un par de enanos mudos, con un leguaje corporal que insinúa el padecimiento de retraso mental, y relucientes calvas de plástico. A pesar de que los diminutos seres no parecen interesados en hacer daño a persona alguna (aunque las flores no corren tan grata fortuna, pues durante su deambular por la superficie se detienen a quemar una sin motivo aparente), los habitantes de la población quedan muy impresionados por su presencia hasta el punto de morir de un ataque al corazón debido a su espantosa visión. Lo cual hace cuestionarse la candidez infinita de estos arquetipos normanrockwellianos y su escasa capacidad de supervivencia en la sociedad occidental moderna.
El caso es que los lugareños se deciden a poner fin a la amenaza mediante los métodos tradicionales: persecución e incineración. Y por si todo falla, siempre se encuentran prestas las escopetas para alcanzar allí donde el ser humano no puede.

No obstante, Superman está dispuesto a darnos una lección moral en la enésima ejemplificación de “el miedo y el desconocimiento son el auténtico enemigo”, esquema argumental usado (y abusado) con frecuencia en la literatura de ciencia-ficción, y no dejará que los pequeñajos sufran percance alguno. Si para ello ha de aturdirnos a base de adoctrinantes discursos cada dos por tres mientras adopta la postura de brazos en jarra para subrayar su poderío, sea. Y si ha de ponerse un batín y mascarilla a fin de abrir en canal (bisturí en mano) a un enano radioactivo, sea también.

Este Superman destaca por su gran elocuencia y capacidad para tranquilizar a las masas, amén de por llevar cosidas unas más que evidentes hombreras de pega al traje. Su identidad secreta, Clark Kent, exhibe unos niveles de inteligencia, confianza y competencia inusuales en el personaje (vean la obra del “genial” Jeph Loeb), difuminándose en más de una ocasión la línea que separa al hombre del superhombre. De hecho, el propio Kent se olvida del subterfugio en ocasiones y casi desvela su secreto involuntariamente. Suerte que acababan de empezar los años cincuenta y la emancipación de la mujer no pasaba de idea peregrina, con lo que Lois Lane ejerce de florero femenino cuyas virtudes tienen poco que ver con la suspicacia.

Basta con echar un vistazo a las fotos que acompañan al texto para intuir que Superman and the Mole-Men a fecha del 2006 se ha convertido en una golosina camp de interés arqueológico cuyo encanto se desvanece tan rápido como pierde el sabor. Por el contrario, su ingenuidad, simpleza y falta de pretensiones juegan a su favor y cualquier aficionado a la creación de Siegel y Shuster encontrará razones para permanecer atento durante la función sin pulsar la tecla de stop. Como mínimo ha de concedérsele una fidelidad notable a los cómics originales que le sirven de base. Teniendo en cuenta que hablamos de la DC Comics de principio de los cincuenta, ya saben a qué atenerse.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Visto y leído su post, lástima no haber podido ver el film en cuestión, no extraña sin embargo que haya caído en el olvido.


Saludos VideoArenileS.

1:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esta la ví hace unos años en Sitges, en una de sus sesiones del Brigadoon, sin subtitulos ni pollas con lo cual no me enteraba de mucho de los diálogos aunque las imagenes hablaban por si solas, menudas risotadas me pegé con este friki-mediometraje cincuentero.

11:25 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por cierto la estupenda definición que has echo de los Mole men no puede ser más justa y acertada xDDDDDD

11:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

This is very interesting site... » »

8:49 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home