16.6.06

Zig-Zig no, Kill-Kill yes!

THE CUT-THROATS

John Hayes, 1969

El encanto de The Cut-Throats proviene de una ineptitud confesa y un laissez faire muy notorio en los diálogos, propios de un infante o fruto de la absoluta improvisación.
A continuación reproduzco todas las líneas de una escena para que juzguen por ustedes mismos:

- Oficial 1: “Esta batalla no merece la pena”
- Oficial 2: “Esta batalla merece la pena. ¡Achtung! ¡Esta batalla merece la pena!”

Y no crean que el resto de los textos suben el nivel. Pero, claro, un filme que comienza mezclando sin motivo aparente a un vaquero del salvaje oeste (portando un lazo) con soldados de la Segunda Guerra Mundial no promete lirismo shakesperiano. Tampoco es cuestión de exigírselo. Sin embargo, una agradable dosis de nudismo nunca está de más, y de eso, créanme, este título anda sobrado.

A ver. Tenemos una escena en la que un oficial alemán recibe un masaje por parte de una esforzada profesional, con frotamiento de pechos intermitente y que, atención fetichistas, culmina en una sesión de sexo podal bastante explícito. Un desnudo íntegro de una mujer que tiene el detalle de deshacerse del siniestro maquillaje de payaso que cubre su rostro. Polvos de talco a granel sobre el trasero peludo de un soldado americano. Apareamientos en una cama profusamente adornada con motivos nazis. Inexplicables secuencias de ducha y manoseo mientras el resto de personajes están enzarzados en un tiroteo. A una teutona (¡ja!) dejando resbalar licor por todo su cuerpo para que un afortunado compañero lama el líquido. Etc…
Otra cosa no será, pero centímetros de piel no se echan en falta en ningún momento.

Lo más reseñable de este entretenimiento menor es la presencia de la superdotada Uschi Digard, asidua de producciones cuyo leiv motif era la explotación mamaria. Apunten entre su currículum, si gustan, la curiosa Roxanna (Nick Millard, 1970).
Y, por supuesto, destaca sobremanera la divertidísima escena en la cual el ejército americano irrumpe en el cuartel nazi, que convenientemente resulta ser una especie de burdel, sin consideración alguna tanto por la integridad física de sus ocupantes como por la de objetos y demás mobiliario. Mientras suena una demencial banda sonora similar al ruido que haría un chimpancé al aporrear un tambor, los heroicos americanos no dejan enemigo en posición vertical pero tampoco racanean balas dirigidas a tocadiscos y tazas de café en una orgía de destrucción gratuita.
Hacen bien; nunca se sabe.

5 Comments:

Blogger c said...

Yo, si sale Uschi Digard me meto en el estiercol cinefágo mas pestilente.

Y me apunto "Roxanna" aunque en la IMDB apunta que no se la nombraba en los títulos de crédito. Pobrecilla.

11:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

No deja uno de sorprenderse al traspasar estas puertas... Diox mío!


Saludos.

11:30 a. m.  
Blogger Unknown said...

JU-JU, pero señor superdiscochino, de dónde saca semejantes zetosidades. Anda, que por su culpa mi e-mule sufre espasmos cada vez que le doy a descargar sus anotaciones. Esta la tengo que encontrar!

2:47 p. m.  
Blogger Unknown said...

Por cierto, le paso esta dirección, sr. superdiscochino, de una galería inóspita de fotografías de la actriz Uschi Digard. Muy buena sin duda.

http://www.die-ritze.com/uschi_2.htm

2:51 p. m.  
Blogger superdiscochino said...

¡Magnífico enlace!

Muchísimas gracias, Ovochan.s

6:50 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home