12.4.06

Pero, ¿quién es Drácula? (3)


Atif Kaptan
Drakula Istanbul'da (Mehmet Muhtar, 1953)

Esta ignota película turca apenas contaba con las melosas producciones de la Universal como punto de referencia estético a la hora de dar vida en la gran pantalla al personaje de Bram Stoker (recordemos que Terence Fisher dejaría su impronta sobre el mito cinco años después). Sin embargo la novela original no fue el único precedente literario utilizado, puesto que Mehmet Muhtar trasladó a imágenes un libro de Ali Riza Seyfi que adaptaba la archiconocida historia al contexto de la Turquía islámica.

Sorprenden la multitud de detalles que cambian por el camino. Los personajes principales no sólo ven alterados sus nombres, sino también sus características básicas. Así "Mina" pasa de ser una cándida, casi virginal, muchacha casadera a una bailarina de cabaret dando muestras de un erotismo (¡escena de baño incluida!) que en su momento debió de ocasionar más de un quebradero de cabeza para las mentes biempensantes del país. Forma parte de un plan de modernización consecuente con el emplazamiento temporal de lo narrado; los hechos transcurren en el mismo año en que se rodó el filme.

Drácula, por su parte, parece inmune a las variaciones del entorno y sigue fiel a la imagen cultivada por Bela Lugosi en cuanto a vestuario, con anacrónicos resultados.
Al respecto de la apariencia de Atif Kaptan cabe destacar un detalle especialmente llamativo e incluso histórico. Parece existir cierto consenso en que la suya es la primera caracterización en la que el Conde exhibe unos monstruosos caninos (no retráctiles), aspecto que, junto a una reluciente calva, despojan a la criatura del glamour con el cual había sido presentada al público estadounidense.

Debido a la indisponibilidad de subtítulos en un idioma comprensible para el que esto escribe me veo en la imposibilidad de comentar ciertos elementos tanto de su actuación como del papel que interpreta en sí más allá de lo meramente superficial. Si acaso pueden tomar nota de que la dualidad presente en el texto original entre "bellaco en la piel de un caballero" y bestia enfurecida se plasma con suficiente efectividad en la película. Tan sólo se toman los derroteros reservados al cine camp en el tramo final de la cinta, cuando Drácula obliga a "Mina" a subir al escenario para realizar un baile privado sólo para sus ojos (?) y en una aberrante persecución que nada tiene que ver con el sensacional clímax firmado por Stoker.