9.4.06

Manos The Hands of Fate


MANOS THE HANDS OF FATE

Hal Warren, 1966

Tom Neyman
John Reynolds
Diane Mahree
Hal Warren


5/5

Mucho se ha escrito sobre Manos The Hands of Fate y aún así probablemente se ha dicho poco sobre ella.
Poco se ha escrito sobre Manos The Hands of Fate y aún así probablemente se ha dicho mucho sobre ella.
Hablar de Manos no es hablar de un filme en concreto, sino también de los sueños y aspiraciones que acompañan al ser humano desde la noche primigenia en que alcanzó la autoconsciencia. Hablar de Manos obliga a redefinir planteamientos, a generar debates, a rebatir conceptos sobre lo que consideramos Arte y en última instancia sobre la propia realidad. Cuestiones que escapan a un mero análisis objetivo de la obra, si es que tal fuera posible.
Imaginen que una escala bipolar pierde la rigidez y cambia de forma hasta convertirse en un círculo perfecto. Imaginen la existencia de un lugar dentro del nuevo modelo donde coinciden el punto máximo y el punto mínimo. Imaginen a un vendedor de abono de El Paso que decide traspasar la línea que hace que el hombre trascienda su condición de animal. A una persona de rodillas enormes que pasó su juventud encerrado en su cuarto tomando LSD. Gente cuya existencia estaba encaminada a ver sus nombres escritos en los títulos de crédito de una película abandonar la sala antes de que termine la proyección. Una cámara capaz de hacer tomas de 32 segundos (sin sonido) como máximo. Una modelo arrojando arena sobre dicha cámara en medio de una auténtica ceremonia del desconcierto. Tierra árida e inhóspita donde la palabra glamour ha sido borrada del diccionario. El mínimo común denominador. Un nuevo fetichismo sexual consistente en acariciar el pelo de otra persona sin su consentimiento. Una serpiente sacada de material de archivo de la mismísima Disney. Un hombre siendo masajeado hasta la muerte.
"Holy art thou, holy art thou, holy art thou."
Manos es territorio fértil para el desarrollo de leyendas.
Descrita en algún momento como una experiencia capaz de robar la esencia vital del espectador, lo cierto es que la muerte, y más concretamente el suicidio, se hallan intrínsicamente ligadas a la suerte del filme. No en vano John Reynolds (el carismático "Torgo") se quitó la vida poco después de su estreno.
Según ciertas fuentes (la imdb sin ir más lejos) no fue el único en hacerlo y le siguieron Diane Mahree (Margaret), Joyce Molleur (Chica del Descapotable) y Sherry Proctor (una de las Mujeres del Maestro), si bien dicho extremo ha sido puesto en tela de juicio.
Más allá de teorías esotéricas derivadas de la "maldición" de Superman III (Richard Lester, 1983), los efectos dañinos del visionado de Manos seguramente sean debidos al tedio que produce antes que a cualquier otra rebuscada explicación. Al menos bajo un análisis superficial de la película, puesto que cualquier persona dispuesta a escarbar en la inmensa montaña de basura que constituye encontrará tesoros que sobrepasan los discretos límites de la imaginación (y no quisiera sañalar a nadie en concreto). Ensuciarse las uñas es un pequeño precio a pagar por tamañas maravillas a descubrir. Después de todo, uno podría sufrir secuelas revestidas de mayor gravedad... ¡uno podría despeinarse!
Lo cual, en todo punto, resulta inadmisible.

A los pacientes, a los sabios, a los transtornados mentales nos aguardan más de una hora de detalles e imágenes capaces de instaurarse en los rincones más recónditos del cerebro para no desvanecerse jamás, forjando así una íntima unión con los elementos estructurales de nuestro ego hasta el punto de que su influencia en todo futuro acto como ser racional es indivisible de dicha experiencia bautismal.
Así nos apuntaremos un tanto cuando veamos una claqueta cerrándose en una esquina de la pantalla, perderemos la paciencia en planos interminables de coches atravesando los paisajes más anodinos, llegaremos a a la conclusión de que tanto las elipisis brutales como los subrayados enfermizos tienen su lugar en el cine moderno, desecharemos toda concepción previa sobre el raccord, tararearemos una malsana banda sonora diseñada expresamente para licuar cerebros, intentaremos seguir conversaciones dobladas (a destiempo) exclusivamente por cuatro personas, contemplaremos atónitos cómo los personajes aparecen y desaparecen, contaremos los numerosos insertos de la niña dirigiendo su atención hacia la cámara, intentaremos descifrar el profundo dilema moral planteado por Las Novias del Maestro, celebraremos la vida y la muerte en una danza paroxista, desentrañaremos el misterio que encierran las numerosas repeticiones de las líneas de diálogo, aprenderemos a relativizar conceptos como el tiempo y el espacio (la NADA más absoluta dentro de este contexto), agudizaremos nuestra compasión por John Reynolds y sus sudorosos temblores seguramente debidos al síndrome de abstinencia, nos preguntaremos si es necesario utilizar cinco minutos para mostrar cómo se ata a un hombre, descubriremos la erótica de la violencia y la violencia de la erótica... en definitiva, miraremos hacia Manos The Hands of Fate y ésta nos devolverá la mirada, redefiniéndonos para siempre.
Todo ello y mucho más queda por ver dentro de una única e inagotable película que desde este modesto espacio proclamamos como una de las mejores de la historia.
Y El Canon que se marche de paseo.

Paseo.
(De pasear).
1. m. Acción de pasear o pasearse.
2. m. Lugar o sitio público para pasearse.
3. m. Acción de ir alguien con pompa o acompañamiento por determinada carrera.
4. m. Distancia corta, que puede recorrerse paseando.
5. m. Taurom. paseíllo.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Decia Lorca: "No creo que ningún artista trabaje en estado de fiebre". No conoció este film.
Para bien o para mal su visionado se queda en la mente para siempre.

7:38 p. m.  
Blogger superdiscochino said...

Calle, que usted no ha tenido que verla pausándola cada tres segundos (y en ocasiones teniendo que volver atrás) para hacer los subtítulos.

Subtítulos que, espero, subiré mañana para disfrute colectivo.

La voluntad de Manos será consumada.

7:50 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cool blog, interesting information... Keep it UP »

1:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tío! Tu qué te tomas?

2:59 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home