29.6.06

Insectos sin alma... ni talento

INSECTICIDAL

Jeffery Scott Lando, 2005

Descubrir filmes como Insecticidal de cuando en cuando viene a la perfección para refrescar conceptos. Independientemente de la calidad intrínseca de la película (suponiendo, ya saben, que tal término fuese aplicable), obras como esta ponen de manifiesto que cualquier, sí, cualquier grupo humano que reúna unos requisitos mínimos, relacionados preferentemente con el esfuerzo y la dedicación antes que con el talento e incluso la economía, puede hacer cine. También ilustran con meridiana claridad la pesimista teoría del “todo está ya inventado”, aplicable a cada manifestación artística pergeñada por el hombre, agravando la situación el handycap de la escasez de medios que no admite margen de error ni capas de barniz que cubran los desconchones en las paredes.
Pero semejante retórica peca de grandilocuencia si nos referimos a un título como el que nos ocupa, empeñado a ojos vista en buscar el entretenimiento más inmediato y no tanto elevados méritos artísticos situados fuera de su alcance.

¿Sus argumentos? Una sencilla trama en la que se ven implicados insectos / mutantes / homicidas / computerizados, un plantel de chicos y chicas que ofrecen escasa reticencia a despojarse de la ropa, al menos un luchador de wrestling, escenas de ducha gratuitas, casquería barata y aparentemente pringosa, una mujer con notorias prótesis mamarias y algún que otro chiste no ya gastado, sino ajado y decrépito por su falta de originalidad.
Si bien ninguna de estas materias primas logra alzar el producto por encima de la mediocridad, lo cierto es que Insecticidal posee el nivel mínimo de aptitud exigible para justificar la asistencia hasta el minuto final. Lo cual podría traducirse en la expresión coloquial “en peores plazas hemos lidiado”.
Por otra parte, esa chispa extra de demencia e imprevisibilidad que caracteriza a las mejores producciones de Serie B se halla totalmente ausente y no hay nada que merezca la pena retener en memoria de un día para otro.

El subgénero al que pertenece el filme siempre ha reciclado ideas sin pudor, convirtiendo esta costumbre en una virtud. Así pues, "recorta y pega" como los confeccionados a partir de despojos videocluberos por Quentin Tarantino y Robert Rodríguez en From Dusk till Dawn (1996) terminan sirviendo de fuente de inspiración a cintas menores como Insecticidal perpetuando un ciclo de retroalimentación mutua interminable. ¿O es que acaso la secuencia en la que los jóvenes encerrados se proveen de armas para enfrentarse a la amenaza tras la puerta no recuerda poderosamente al mencionado título?
Llámesele homenaje si se quiere, pero cuando el espectador recibe poco más que una fotocopia de enésima generación a cambio de su inversión en (muy codiciado) tiempo prefiero emplear la palabra correcta: hastío.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vale. Pero los referentes de Abierto hasta el amanecer no eran despojos videocluberos, precisamente. Creo yo.

12:22 p. m.  
Blogger superdiscochino said...

Oh, bueno. Lo de despojos tampoco es necesario tomárselo literalmente. Quizás el término no haya sido afortunado.

From Dusk till Dawn según tengo entendido está fuertemente influenciada por Race wih the Devil (que no he visto) en su primera mitad y por Vamps muy notoriamente en su segunda, hasta el punto de que en ocasiones llega a parecer un calco de ésta.

¿O apuntas a referentes frecuentemente asociados al nombre de Tarantino como Sam Peckinpah y demás?

1:16 p. m.  

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